jueves, 5 de septiembre de 2013

Otro amor


-¿Lía? ¿Cómo estás?
-Bien, todo lo bien que se puede estar en mi situación.
-Yo… lo siento mucho, debería haberme alejado cuando me llamó Valen.
-No es culpa tuya, no lo sabías.
-Pero me siento mal.
-No tienes por qué, eres una gran amiga apoyándome ahora. Gracias, por estar ahí.
-Entonces, estás bien, ¿no?
-Perfect.
-Vale, me quedo más tranquila. Cuídate. Quedamos un día de estos y me cuentas.
-OK.

Lía vuelve a dejar el móvil sobre la mesilla. Y se da media vuelta en la cama. A su lado está el compañero de piso de su prima. Ella se acerca más y se deja rodear por sus brazos, apoya la cabeza en su pecho depilado y juega con uno de sus preciosos rizos rubios. Hacía mucho tiempo que no se sentía tan bien como en este momento, entre los brazos de ese chico que le ha hecho perder tanto y a la vez ganar mucho. La culpabilidad ya se ha borrado totalmente de su mente, ahora ya le da igual lo que Sergio haga o deje de hacer, si se lía o no con otras tías, lo único que le importa, o mejor dicho, el único que le importa es el que está ahora mismo a su lado.

-Entonces, si has dejado a tu novio ahora estás libre, ¿no?
-Exacto.
-Y ¿te importaría entrar en otra relación?
-Contigo no. I love you , darling.
-¿Puedo considerarte mi novia?
-Debes hacerlo, my love. Pero no se lo digas a Valen, no se lo tomará bien.
-No se va a enterar.

 

 

Valentina se despierta pronto. Es martes pero no le apetece levantarse para ir a la academia. Y menos aún cruzarse con su prima en el desayuno. Lleva evitándola desde que ella se acostase con Ricky, empresa harto complicada teniendo en cuenta que viven en la misma casa. Hasta hoy ha sido ella la que se ha quedado en su cuarto o se ha ido sin desayunar para no verla, pero no quiere seguir así. Esta es su casa no la de Lía. Están solas en casa, Tania ha salido pronto y acaba de oír a Ricky cerrar la puerta. Sale de su habitación y va a la cocina. Allí está su prima.

-Buenos días.
-Si tú lo dices…
-Tenemos que arreglarlo, Valen, no podemos estar así.
-Haberlo pensado antes de hacer lo que hiciste.
-Perdóname, yo ya he perdonado que me llamases zorra.
-No.
-¿Tanto te molesta que me tirase a Rick?
-Pues sí, joder es mi amigo, mi compañero de piso y…primero le ruegas a Sergio que no te deje y luego estás tan feliz. No te entiendo.
-Prométeme que si te lo cuento no te vas a enfadar.
-Habla.
-Estoy saliendo con él, con Ricky.
-¡¿Qué?!  Te has vuelto loca. No te deja uno y ya estás con otro
-Sí, es que no puedo resistirme, está tan bueno…no te lo hemos dicho para no hacerte daño.
-Pues me molesta. Y mucho. Te invito a mi casa y te lías con mi compañero.
-¿De verdad es eso lo que tanto te molesta? ¿No es que te gusta y nunca te has atrevido a decirle nada? 

Valentina tarda en contestar.
-No te montes telenovelas, no soy yo la que se encapricha de todo el tío que ve.
-¿Creía que intentábamos arreglar las cosas?
-No, tú lo intentabas.
-Como quieras, girl- contesta su prima cogiendo la mochila del suelo y saliendo de casa.

Valen se sienta en una silla y llama a Azi. Necesita hablar con ella, saber que, al menos ella, le apoya. Pero no lo coge, así que se levanta de la silla, coge un par de galletas del paquete que está sobre la mesa y se marcha.
Su prima tiene razón, le gustaba Ricky, mucho, empezó a fijarse en él hace unos meses. Era tan perfecto que no pensaba que alguien pudiese gustarle más que él, con sus ricitos, su mirada, sus labios… Pero se equivocaba, ha aparecido alguien que ha hecho que su corazón se revolucione.

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