viernes, 13 de septiembre de 2013

Habla!!!


Un simple constipado. Eso dice su abuela pero ella no lo ve así. La cabeza le duele horrores, tanto que ni siquiera es capaz de pensar en algo. Y la garganta, apenas le deja hablar. Necesita reposo, es lo que dice su abuela, pero no puede, tiene demasiadas cosas que hacer, no puede pasarse el día en la cama. Tiene que ir a clase, hacer dos exámenes, volver a casa, hacer la comida, comer, llevar a Dani al dentista, ir a hacer la compra, volver, limpiar, poner un par de lavadoras, planchar…

-No, señorita, hoy no vas a salir de esta cama y mañana ya veremos.
-Abu…
-Yo cuidaré de ti y de Dani. Además ese amigo tuyo tan majo, puede venir a cuidarte mientras no estoy.
-¡No! Bruno no puede verme así, no.
-Tú verás, pero tú te quedas en la camita. Intenta descansar.

¿Y qué va a hacer todo el día aquí metida? Su móvil se ha quedado sin batería, la consola está en el salón, no puede leer porque le lloran los ojos… No puede hacer nada. Sólo pensar, pensar en todos sus problemas, que no son pocos. El primero, la tutela de su hermano. Estuvo hablando del tema el otro día con su abuela y la verdad es que tiene razón, que es mejor esperar un poco, que su padre nunca ha sido muy dado a conversar ni a acceder a sus peticiones, ¿por qué iba a ser distinto esta vez? Además, si se lo pidiese y aceptase probablemente les echaría de su casa que por algo es suya y eso solo les causaría más gastos y no es que les sobre el dinero precisamente. Y ese es el segundo problema, el dinero. Cierto es que nunca han andado sobrados pero al menos podían mantenerse, ahora con menos paga y cada vez más gastos, no le salen las cuentas. Y un montón de problemas más en los que prefiere no pensar de momento. Y luego está Bruno aunque no sea realmente un problema. Bruno es tan guapo y se porta tan bien con ella que no puede evitar que sea el dueño de gran parte de sus pensamientos, todo parece tan fácil con él a su lado… Ha oído hablar tanto del amor, no en su casa, claro, que ya no está segura de lo que es, de lo que se siente cuando te enamoras. Pero Bruno le hace sentirse como en una nube, sus abrazos son suficientes para evaporar los problemas, y cuando ese abrazo se acaba, ella se queda con ganas de más, de más abrazos, de más caricias de más besos como aquel. Todavía no se explica cómo pasó, ni cómo un roce tan leve pudo despertar en ella tantas sensaciones, algunas de ellas totalmente nuevas. Y en estos pensamientos, se queda dormida.

 

 

 

 

 
-Nada, no sé nada.
-¿No te ha contado nada?
-No, ¿qué tenía que contarme?
-No, si no dice nada, yo no hablo que luego la preparo.
-No me puedes dejar así, ¿qué pasa?
-Es sobre su familia.
-Cuéntamelo todo.
-Su hermano.
-¿Qué ha pasado?
-Ya he dicho demasiado.
-¡Valen! O hablas o te mato.
-No…
-Dímelo
-Me va a matar.
-Y si no lo hago yo. Habla.

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