jueves, 25 de julio de 2013

Se acabó


-Joder, ¿y ahora qué voy a hacer?
-Pues apechugar, tú te has tirado al rizos así que ajo y agua. No pensarías que ibas a poder tener a los dos, ¿no?
-Pero yo no quiero perder a Sergio, yo le quiero.
-Pues haberlo pensado antes.
-Joe, prima, que poco colaboradora estás hoy. ¿Por qué te molesta tanto?
-Porque no me gustan las infidelidades.
-¿Sólo eso?
-Y que Sergio no se lo merecía.
-Si es que…no quiero que me deje. No se lo cuentes porfi.
-Tarde.
-¿Ya se lo has dicho?
-No, yo sólo llamé a Azi para contárselo pero estaba con los chicos y se enteraron.
-¿Eres subnormal? Joder, ya lo he perdido y es por tu culpa.
-Perdona, pero no soy yo la que se ha metido en otra cama para ponerle unos cuernos de aquí a Sevilla. ¡Zorra!
-¡¿Qué me has llamado?! Creía que eras mi amiga, ¡eres mi prima! Creí que al menos tú me
apoyarías.
-No, bonita, tú te…

El timbre interrumpe a Valentina. Se levanta y abre la puerta. Es Sergio.
-Ahí la tienes. Yo me piro.
-Bruno está abajo.
-Vale.

La chica coge su chaqueta y sale. Él avanza por el pasillo hasta llegar al salón donde su todavía novia está esperándole.
-Lo siento. Es que…
-No quiero excusas. Ya no quiero nada de ti.
-No, no digas eso. Yo te quiero.
-Ya no me vale, ni siquiera fuiste capaz de decirme que habías venido a vivir aquí. Y ahora entiendo perfectamente por qué.
-Te lo iba a decir, pero se me pasó. Perdóname, please. No puedo vivir sin ti. Fue culpa suya, él me embaucó y…
-Dos no se lían si uno no quiere y tú querías. Además, Lía, ya llevábamos mal mucho tiempo. Se acabó.
-No, quédate y te lo cuento todo tranquilamente.
-No, no quiero saberlo y me están esperando abajo. Adiós, Lía.
-No me llames así, llámame Rosi o Ros o Rosalía, me da igual, pero no me abandones. Te necesito, amor.
-Se acabó- Sergio se va dejando a Lía llorando sobre la alfombra roja.
-¿Tienes novio?
-Ya no, le he dejado por ti, cari-dice secándose las lágrimas de las mejillas-. Tenía que fingir. I love you, Rick.
-Eres una caja de sorpresas.
-O de bombones.

domingo, 14 de julio de 2013

Y tan feliz


Vueltas y más vueltas. No consigue conciliar el sueño. Se incorpora y enciende la luz. Su móvil, sobre la mesilla, parece mirarla. Se siente culpable. Culpable por perderse en otros ojos, por soñar con otros labios, por pensar en otros besos, por escuchar otra voz en su cabeza. Porque si no duerme
esta noche no es porque extrañe su cama sino porque está pensando en otro que no es él. ¿Cómo puede siquiera pensar en ese chico tan atractivo, en sus labios tiernos y rojos, en sus ojos brillantes, en sus manos suaves, en sus mejillas ruborizadas, en su voz dulce y melodiosa, en su cuerpo atlético…? No, tiene que sacarle de ahí pero ya. El problema es que ya es tarde, tal vez demasiado.

 

 

 
¿Qué habrá querido decir? ¿Una locura? ¿Por qué le asustaba tanto la idea de ser su hermano? ¿Tan mala es como hermana? ¿O es que no la quiere solo como hermana o amiga? No, imposible: ¿cómo va a fijarse Bruno en una chica como ella? ¿Entonces? No es mala hermana, ¿no? Dani parece feliz. Y ese es otro problema: Dani sigue bajo la tutela de su padre y ahora que ella es mayor de edad va a hacer todo lo posible para que eso cambie. Va a hablar  con ese hombre cuanto antes. Ella es la que siempre se ha ocupado de su hermano y ahora quiere hacerlo de forma oficial.  Aunque si su padre se resiste necesitará un abogado y para contratarle dinero y no será fácil obtenerlo. Antes no era complicado conseguir un trabajo como camarera en cualquier bar del barrio pero ahora la cosa está más difícil con no sé cuántos millones de parados. Además con el aumento de impuestos de luz y gas y todo eso, cada vez les cuesta más llegar a fin de mes y si contamos con que a partir de ahora su padre sólo va a pagar la parte de su hermano, el futuro se ve cada vez más negro. Y la verdad es que sus sentimientos pasan a un segundo plano, es mejor dejarlos apartados por lo menos por ahora.

 

 

-¿Que ha hecho qué? ¿Se ha largao de casa de sus padres?
-Sí. Valen me lo dijo.
-No es para tanto, ¿no?-interviene Bruno.- Ya es mayorcita.
-Si no es eso, lo que me jode es que no me haya dicho nada. Creía que siendo su novio me merecía esa información pero parece que no.
-No te pongas así, seguro que te lo iba a decir, se le habrá pasado- Azahara intenta defender a su amiga aunque comparte la opinión de Sergio.
-¿Sí? ¿Y cuándo me lo iba a decir? Ya han pasado tres días, a mí parece suficiente.

El móvil de la chica empieza a sonar en su bolsillo. Es Valentina. Es viernes y a estas horas suele estar en la academia de baile. Azahara se extraña pero aun así responde a la llamada.

-Menos mal que lo has cogido, necesitaba hablar contigo.
-Pero ¿no deberías estar bailando?
-No, hoy no tengo clase. Además tengo que contarte algo porque si no exploto.
-Claro, dime.
-Es Lía. No sé cómo ha podido ser capaz.
-¿De qué?
-De traicionarle así.
-¿A quién? ¿Podrías ser más explícita, por favor?
-¡Se ha liado con Ricky!- chilla Valen-. ¿Te ha quedado claro ahora?
-A mí sí y a Sergio también. Estoy con él y con Bruno y te acaban de oír.
-Me da igual, tenía que enterarse del tipo de novia que tiene. Además, lo iba a acabar sabiendo tarde o temprano. Mejor así. Tenía que saber que su novia es un putón.
-¡Valen! Que es tu prima.
-Y un putón. Si no, ¿por qué se liaría con otro que no es su novio? Te dejo que tengo cosas que hacer, ya hablaremos. Un beso.

Azahara cuelga y mira a los chicos. Sergio no parece tan molesto con la noticia como ella había previsto. Bruno, en cambio, parece estar algo más consternado.  
-¿Estás bien? Tío, ¿estás sonriendo?- le pregunta incrédulo a su amigo.
-Nuestra relación no iba bien desde hacía tiempo y ahora tengo la excusa perfecta para acabar con ella.
-¿Y ya está? ¿No vas a cabrearte ni a subirte por las paredes ni a romper nada ni a romperle la nariz a ese tío? ¡Te acaban de poner los cuernos!-le dice la joven-. ¿No vas a hacer nada?
-Sí, voy a ir a decirle que se ha acabado.
-Cada día os entiendo menos, de verdad, una semana os matáis por una tía y al día siguiente sonreís cuando os pone los cuernos. Luego somos nosotras a las que no se nos entiende. Mejor me voy, tengo que ir a visitar a mi abuela, ya me contaréis cómo acaba esto. Adiós, chicos.

Azahara se marcha de la casa de Bruno. Los chicos permanecen sentados en el sofá. Bruno intentando explicarse cómo puede darle igual a su amigo que su novia desde hace once meses le haya sido infiel.

-De verdad, ¿no te importa?
-Llevaba buscando una excusa para dejarla desde que conocí a Azi.
-¿Todo es por Azi? Ya te dije que no quería novio, que ella está mejor así.
-Pero yo no. Además que si no quiere novio es porque no me ha visto como una posibilidad.
-Ya, será por eso. Es tu último capricho, ¿no? ¿Cuánto vas a tardar en cansarte de ella y dejarla tirada como vas a hacer ahora con Lía? No, no vas a hacer eso con Azi, no voy a dejar que le hagas daño.
-¿Qué? Yo no voy a hacerle daño. Además ¿a ti que más te da que salga con ella? ¿Te mola?
-No, para nada. Yo sólo la quiero como amiga pero no voy a dejar que nadie le haga daño así que piénsatelo dos veces antes de hacer algo de lo que puedas arrepentirte.
-Te has vuelto muy sobreprotector con ella, ni que fuera tu hermana.
-Ya.

sábado, 6 de julio de 2013

HERMANOS?!!


-Llegas un poquito tarde, ¿no?
-Tonterías. Llego a tiempo. ¿Dónde tienes la escoba?
-Aquí. ¿No la ves?
-Es que ando algo despistao hoy.
-¿Hoy?
-¡Qué graciosa, Azi! Seguro que no te hace tanta gracia cuando sepas por qué llego tarde.
-¿Qué ha pasado?- su tono se vuelve más serio.
-Es Hugo.
-¿Qué le ha pasado?
-Se ha caído por las escaleras. Iba borracho como una cuba y …catapum. Es que es gilipollas, de verdad. Él no solía ser así. No se había pillado una así desde…yo qué sé cuándo.
-¿Y por qué ahora?
-Porque le ha dejado su novia. Pero ya podía haberse atiborrado a helado como en las pelis y no a alcohol.
-Pero ¿ha sido grave?
-Poco para lo tenía que haber sido. Sólo se ha fracturado la tibia. Ya ha salido del hospital.
-Menos mal.
-Sí.
-¿Sabes qué? Que vamos a dejar la limpieza y nos vamos a tumbar en el sofá y a comer algo mientras hablamos. Tienes que animarte y ya. ¿Qué quieres comer? ¿Un helado? ¿De chocolate? Perfecto.

Azahara vuelve con dos helados y se sienta en el sofá junto a Bruno.
-¿Has hablado con Sergio?
-No, ¿por qué?
-Porque Lía se ha ido a vivir con Valen y sus compañeros de piso y no creo que le haga mucha gracia.
-¿Por qué se ha ido?
-Está harta de sus padres, ya sabes cómo es. Pero lo que no entiendo es que le hayan dejado irse. Es de mi edad, ¿no?
-Sí, pero ya ha cumplido los dieciocho.
-¿Cuándo?
-Como se nota que no la conoces. Ella siempre tiene que ser la primera en todo, incluso en su cumple: es el 1 de enero.
-Ah. Aun así, ¿se puede largar y volver cuando quiera?
-Sí, es un poquillo consentida. Pero deja de hablar de ella, sólo la hará más creída. ¿Por qué no me cuentas cómo acabó la fiesta?
-¿La fiesta? Cuando te fuiste sólo quedaba mi abuela.
-¿Y no se puede hacer una fiesta con la abuela? Las abuelas tienen mucha energía aunque no lo parezca. ¿Y qué hicisteis?-Bruno va volviendo a ser él mismo.
-Hablar.
-Pues vaya. Yo que quería que me contases algo interesante.
-Hablamos de mi madre y de tu padre, de lo que nos contó.
-¿Lo negó?
-No. Pero no era eso lo…lo que más me interesaba.
-¿De qué hablas, Azi?
-En la carta que tenía tu padre mi madre decía que se casó embarazada de él. Y mi madre se casó en agosto. Sí, ocho meses antes de mi cumple.
-¡¿Qué?! Entonces tú y yo seríamos…tú y yo ¿somos hermanos?- cualquier resto de sonrisa que hubiese en la cara del chico se borran por completo. Sólo pensar que Azahara sea su hermana hace que se sienta peor que atropellado por un tren o aplastado por miles de personas. Lo que ella le hace sentir va más allá del amor de hermanos-. ¿Y qué te dijo?

Antes de que la chica pueda contestarle aparece Dani.
-¡Bruno! ¿Qué haces aquí?
-Nada, hablar con tu hermana.
-¿De qué habláis?
-De…
-De Lía- le corta Azahara dirigiéndole una mirada a su amigo para que se calle.

Parece que el tema de conversación no convence al niño que se va dejándolos solos de nuevo. Pero esa espera, aunque  corta, ha hecho que Bruno se ponga cada vez más nervioso.
-¿Ibas a decírselo?
-¿Por qué no?
-Porque no. No tiene que enterarse.
-¿Y yo? ¿Puedo saberlo? ¿Somos hermanos?
-No.

El joven resopla aliviado y suelta una risita.

-¿Te imaginas? ¿Tú y yo hermanos? ¡Qué locura!

Azahara le mira sonriente aunque no sabe muy bien como tomarse que él se alegre de no ser su hermano.