viernes, 15 de febrero de 2013

Llega la navidad


Las navidades son una de las escasas ocasiones en las que Dani y Azahara tienen la oportunidad de pasar tiempo con su familia materna. Su abuela se negó rotundamente a dejar de ver a los niños, así que cada  24 de diciembre su abuela iba a su apartamento y los recogía para llevárselos a pasar todas las navidades en su casa. Y este año no ha sido una excepción. En cuanto llegan a casa de la abuela, se llenan de besos y abrazos. Primos, tíos, abuelos, novios de primos… en fin, que la casa está llena. Azahara no puede evitar que algunas lagrimillas recorran sus mejillas cuando ve a su prima, Irina. Irina es una joven rubia y de ojos azules, cristalinos, es alta y esbelta, pero, sin lugar a dudas, lo mejor de Irina es su enorme corazón. A pesar de ser adoptada, de uno de esos países del norte de Europa, está totalmente integrada en la familia y es uno de sus principales pilares, como la abuela. Para Azahara significa mucho, es como una hermana mayor y una amiga juntas, a ella puede contárselo todo y estar segura de que sus secretos están a salvo y además de ella obtiene todo el cariño y el consuelo que necesita. Dani también aprecia a su prima pero entre ellos no existe esa misma conexión que siente su hermana.
Azahara corre y abraza a su prima que la recibe entre sus brazos con una enorme sonrisa. El abrazo habría durado mucho más si Dani no hubiese estado allí con ellas. Irina se separa de su prima y se agacha para abrazar al pequeño. Al poco Dani las deja solas  y se va a jugar con sus primos.

-¿Has crecido? Te veo más alta, no sé.
-Creo que no pero quién sabe.
-Oye, Azi, ¿qué es eso de que has ganado un concurso de dibujo?
-¿Cómo lo sabes?
-Ah. Tengo ojos y oídos por todas partes.
-Ha sido Dani.
-Sí, me lo dijo cuando os llamé la última vez. Pero cuéntame, ¿cómo se te ocurrió presentarte?
-Fue Ainara.
-No sé por qué pero me lo imaginaba.
-Vio un dibujo mío y me dijo que participara en algún concurso y me apunté. Y ya ves, no salió tan mal. Pero estaba muerta de miedo, había un montón de gente y todos daban clases de dibujo. Además no gané por completo, empaté con Bruno.
-¿Bruno?
-Sí, estaba sentado en la misma mesa que yo y ganó dibujándome a mí.
-¿Y era guapo?
-¡Irina!
-¿Qué? Yo sólo preguntaba por si dentro de poco tengo un nuevo primo. Ah, eso me recuerda que tengo que presentarte a alguien.
-¿Tienes novio?
-Sí, está jugando  a la Play con los demás.
-¿Por qué no me has contado que tenías novio?
-¿Por qué no me has contado tú que te has enamorado de un chico?
-No me he enamorado de él.
-Pero te gusta.
-No.
-Un poquito.

Azahara no contesta. La verdad es que Bruno le parece muy guapo y le gusta cómo se siente cuando está con él pero eso no es estar enamorada ¿no? Por suerte un chico aparece por la entrada y le evita tener que contestar. Resulta ser el novio de Irina, Leo,  y la verdad es que su prima tiene buen gusto, aunque con ese cuerpo podría tener al mismísimo míster universo si se lo propusiese.

Antes de acostarse Azahara e Irina, que comparten habitación, hablan sobre Leo, sobre cómo una noche de junio Irina lo conoció en las fiestas de un pueblo, sobre cómo fueron enamorándose poco a poco y dándose cuenta de que eran el uno para el otro.

-Bueno, pues esa es nuestra historia.
-Pero ¿él no vive aquí?
-No, vive en su pueblo. Pero le gustaría poder estar aquí para verme más a menudo y poder estudiar.
-¿Qué le gustaría estudiar?
-Medicina. Pero no tiene dinero para alquilar un apartamento y menos para comprar uno y yo no puedo hacerle un hueco en mi casa, ya somos demasiados. Por eso quería pedirte un favorcito.
-Claro, pídeme lo que quieras.
-¿Podrías acogerle en tu apartamento? Os sobra una habitación y él os ayudaría con la casa.
-No creo que a mi padre le haga gracia.
-Ya, pero no tendría por qué enterarse.
-Vería los recibos o aparecería sin avisar, no sería la primera vez, y entonces nos pillaría y sería mucho peor.
-Da igual, si no puedes, nada. Ya encontraremos alguna otra cosa y si no pues tendrá que renunciar a su sueño.
-Lo siento, de verdad.
-No te preocupes. Tengo sueño, mañana seguimos hablando.
-Espera, acabo de tener una idea.
-¿Cuál?
-¿Y si tú también te vinieses a vivir con nosotros?
-¡¿Qué?! ¿Por qué?
-Si mi padre aparece sería menos embarazoso y siempre podríamos decir que habéis venido a hacernos una visita.
-Sí, eso sí pero ¿qué dirían mis padres si me fuese a vivir con mi novio y mis primos pequeños? No me dejarán.
-Ya tienes diecinueve, puedes irte a vivir por tu cuenta, además, no tendrían por qué enterarse de que estás con él, podrías decirles que vienes con nosotros porque me siento muy sola o algo as.
-Sí, seguro que funciona. Eres genial, Azi, no sé qué haría sin ti.

Al día siguiente le comentan su idea a Dani y Leo. El pequeño se alegra sobre todo por poder contar con algo de compañía masculina, la verdad es que el novio de su prima le cae bastante bien. Y Leo no puede parar de agradecerle a Azahara lo que está haciendo por él.

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