Cinco kilos de maquillaje y tres tazas de café para ocultar
que no ha dormido ni un solo minuto en toda la noche. Las primeras horas se
entretuvo leyendo un libro, después viendo una película y al final escuchando
música en su móvil. Todo lo necesario para no tener que aguantar las
pesadillas. Azahara prepara el desayuno mientras su hermano enciende la
televisión.
-No, Dani, apágala. Que si no te entretienes y no acabas
nunca.
-Vale.
Resignado, Dani apaga la tele y desayuna en silencio.
Las clases son de lo más aburridas como había predicho Dani.
Azahara se entretiene dibujando. El dibujo siempre le ha apasionado pero no ha
podido dar clases de dibujo ni de pintura por falta de dinero. Durante la clase
de matemáticas, se cansa de dibujar la vista que tiene desde de silla y empieza
a dar rienda suelta a su imaginación. Cierra los ojos, coge un lápiz y un par
de pinturas, y empieza a dibujar sin despegar los párpados. A simple vista
parecen rayotes sin sentido pero poco a poco van cobrando forma. Cuando abre
los ojos descubre un paisaje extraño y de lo más curioso en el que se
entremezclan motivos de todas las estaciones. Aparecen frutales en flor sobre
una cubierta de nieve y en un lago con una pequeña barca flotan hojas en color
marrón y ocre y, en el cielo, brilla un precioso sol veraniego. Es un dibujo de
lo más desconcertante pero a la vez es lo mas bonito que ha dibujado nunca.
Ainara, su mejor amiga y compañera de clase, ve el dibujo y se queda
boquiabierta.
-Jo tía, cada día se te da mejor. Parece tan real…
-No es para tanto.
-¿Que no es par tanto? Pero ¿tú te estás escuchando? Es el
mejor dibujo que he visto en mi vida.
-Estás exagerando.
-No. Y deberías apuntarte a algún concurso o algo, seguro
que ganabas.
-Eso si que no, no soy tan buena.
-Fíjate, además de dibujar mejor que los ángeles, eres
tonta, tanto que eso no te deja ver que eres la mejor.
-¡Ainara! ¡Azahara! Podéis callaros para que los demás
puedan escuchar la clase. – les interrumpe el profesor.
Se lanzan una mirada y luego se callan. Unos minutos después
Azahara recibe una notita de su amiga: <<Aunque lo niegues mil veces
seguirás siendo la mejor. Piensa lo del concurso, por favor>>. Lee la
notita y acto seguido dirige su mirada
hacia el asiento contiguo. Ainara le mira con una sonrisa dulce y tímida.
Arranca un trozo de papel de su libreta y le contesta: <<Vale, lo
pensaré, pero no te prometo nada>>. Al recibir la nota, la cara de su
amiga se ilumina con una sonrisa de satisfacción.
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